El sector de la biomasa forestal española podría crear más de medio millón de puestos de trabajo en España durante los próximos 17 años, según las estimaciones difundidas por la Asociación Española de Valorización Energética de Biomasa (AVEBIOM), quien critica además la falta de atención oficial a este recurso.

Esta estimación se incluye en un informe estadístico publicado por la Asociación Europea de la Biomasa, donde se recoge que todos los años se incrementa en 46 millones de metros cúbicos la biomasa disponible en los bosques españoles.

Añade este asociación que, sin embargo, la industria forestal sólo aprovecha el 38% de la disponibilidad anual de este recurso, unos 17 millones de metros cúbicos.

El documento especifica que en 2009 se acumularon en los bosques de España 921 millones de m3 de biomasa «un recurso que podría generar 594.000 empleos en 2030» y, sin embargo, «no se le aporta suficiente valor como para aprovecharla», explica la organización española en un comunicado.

El informe europeo afirma que la media de aprovechamiento en el continente es del 61% de la masa forestal y que en los países forestales, como los nórdicos o Austria, es cercano al 90%.

«España es un país forestal que no aprovecha su biomasa», añade la asociación, ya que la energía total consumida que proviene de esta fuente renovable es del 5 %, una cifra muy alejada de los datos de países como Suecia, en la que alcanza el 29 % y supera incluso la aportación del petróleo.

El Consejo Europeo de Energía Renovable prevé que la biomasa aporte en 2030 hasta 255 millones de toneladas equivalentes de petróleo, «un aumento de hasta el 210 % en su cuota actual de mercado».

El informe destaca también que la biomasa es la energía con mayor crecimiento en las previsiones energéticas de la UE, con un crecimiento del 210% en veinte años.

La mayor parte de la biomasa proviene de restos de aprovechamientos forestales (41%), residuos (38%) y agrícola (21%).

El sector cementero español utilizó durante el año 2010 más de 450.000 toneladas de residuos que eran cien por cien biomasa (restos forestales, lodos de depuradora,…) o parcialmente biomasa (neumáticos usados, combustibles derivados de residuos urbano,…). Estos combustibles permitieron ahorrar la emisión de 488.666 toneladas de COa la atmósfera, lo que equivale al consumo energético de 430.000 hogares.